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El ruiseñor y la alondra cantan en horas distintas
«Los centenarios, como los lentos atardeceres frente al río, son pródigos en remembranzas de luces», escribe en el prólogo Miguel Ángel Federik. Hace un siglo nacía Alfonso Sola González en Paraná y escritores como él viven en sus textos, por ello lo recordamos con esta edición homenaje.
La obra de teatro El ruiseñor y la alondra cantan en horas distintas, al abrigo de archivos familiares, permanecía inédita y aguardaba –al ritmo de los desencuentros amorosos que en ella se despliegan– la oportunidad para reunirse con sus lectores.
Alfonso Sola González es un poeta argentino nacido en Paraná, provincia de Entre Ríos, en 1917. Egresó como profesor de Castellano y Literatura en el Instituto del Profesorado Secundario de esa ciudad, donde dictó Literatura meridional. En 1947, se casó con la crítica Graciela Maturo, y se fueron a vivir a Mendoza, donde Sola fijó su residencia y desarrolló una labor poética cargada de la nostalgia de su juventud en su ciudad natal.