Novela
Buenos, limpios y lindos
Buenos, limpios y lindos es una novela coral, extraña y dark, en la que Vera Fogwill se apodera de lector haciendo gala de su maestría para encastrar relatos disímiles, mediante largos desarrollos sociológicos, alucinaciones que suenan a discurso científico, e historias de vida que permiten dar un pantallazo de la historia universal y nacional.
Germán Arrascaeta, La voz del interior
Vera Fogwill no concibe su relación con el arte como algo estático o una carrera en sí misma, sino como un dinámico paso entre la dramaturgia, el cine y también la escritura. Buenos, limpios y lindos es una novela que abre y encuadra una relación de la escritora con la literatura, en la que una mujer ya muerta observa el incesante agitarse de unos personajes obsesionados por las distintas formas de sobrevivir.
Mercedes Halfon, Página 12
Buenos, limpios y lindos tiene una heroína rockera, poeta, madre de un hijo de cuatro años, que trabaja en el Registro Civil. Por una ironía de la ficción está confinada en una especie de coma, suspendida en el limbo de esa guerra mínima entre mundos (la vida, la muerte) que ella misma define desde su oficina municipal, sellando partidas de defunción. Muda, paralizada, incapaz de pedir ayuda, tiene sin embargo un poder extraño, del que sólo se jactan los dioses y los narradores bulímicos: lo ve, lo comprende, lo sabe todo. Y lo cuenta todo.
Novela “coral”, Buenos, limpios y lindos juega a blanquear el grotesco de Ettore Scola para ensombrecerlo mejor. Tiene el frenesí metastásico de las películas de Paul Thomas Anderson y ecos del mundo trash de Harmony Korine. Pero el cine es aquí una compulsión o una pesadilla, no una “influencia”. Buenos, limpios y lindos es una novela hiperliteraria, que cita sin comillas a Dostoievski y Las vírgenes suicidas y hace del desastre (personal, familiar, social) un acontecimiento casi operístico. La novela de Vera Fogwill es cruel porque es precisa, es cruda porque carece de miedo, y es excesiva porque sabe que todo lo que vale la pena se juega siempre en el límite de las cosas, las pasiones, los relatos.
Alan Pauls
Vera Fogwill nació en Buenos Aires, en 1972. Actriz, directora de cine y guionista. Entre otras producciones, dirigió «Las mantenidas sin sueños».
Buenos, limpios y lindos, Vera Fogwill
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Buenos, limpios y lindos
Buenos, limpios y lindos es una novela coral, extraña y dark, en la que Vera Fogwill se apodera de lector haciendo gala de su maestría para encastrar relatos disímiles, mediante largos desarrollos sociológicos, alucinaciones que suenan a discurso científico, e historias de vida que permiten dar un pantallazo de la historia universal y nacional.
Germán Arrascaeta, La voz del interior
Vera Fogwill no concibe su relación con el arte como algo estático o una carrera en sí misma, sino como un dinámico paso entre la dramaturgia, el cine y también la escritura. Buenos, limpios y lindos es una novela que abre y encuadra una relación de la escritora con la literatura, en la que una mujer ya muerta observa el incesante agitarse de unos personajes obsesionados por las distintas formas de sobrevivir.
Mercedes Halfon, Página 12
Buenos, limpios y lindos tiene una heroína rockera, poeta, madre de un hijo de cuatro años, que trabaja en el Registro Civil. Por una ironía de la ficción está confinada en una especie de coma, suspendida en el limbo de esa guerra mínima entre mundos (la vida, la muerte) que ella misma define desde su oficina municipal, sellando partidas de defunción. Muda, paralizada, incapaz de pedir ayuda, tiene sin embargo un poder extraño, del que sólo se jactan los dioses y los narradores bulímicos: lo ve, lo comprende, lo sabe todo. Y lo cuenta todo.
Novela “coral”, Buenos, limpios y lindos juega a blanquear el grotesco de Ettore Scola para ensombrecerlo mejor. Tiene el frenesí metastásico de las películas de Paul Thomas Anderson y ecos del mundo trash de Harmony Korine. Pero el cine es aquí una compulsión o una pesadilla, no una “influencia”. Buenos, limpios y lindos es una novela hiperliteraria, que cita sin comillas a Dostoievski y Las vírgenes suicidas y hace del desastre (personal, familiar, social) un acontecimiento casi operístico. La novela de Vera Fogwill es cruel porque es precisa, es cruda porque carece de miedo, y es excesiva porque sabe que todo lo que vale la pena se juega siempre en el límite de las cosas, las pasiones, los relatos.
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Vera Fogwill nació en Buenos Aires, en 1972. Actriz, directora de cine y guionista. Entre otras producciones, dirigió «Las mantenidas sin sueños».
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