Poesía

Quinto elemento

Quien dice “mundo”, lo concibe en el mismo acto. Allí radica la performatividad del lenguaje en un universo de signos. No hay comunidad posible sin la palabra, en su lecho descansa la infancia de todo lo humano. Ella, soberana, la mediación con lo real y lo indescriptible, la única forma real de aprehender lo existente. Al decir de voces se va armando el paisaje, antes sólo introspección y naturaleza indómita. Mariel Zucchi vuelve a pesquisar aquellos cuerpos hablados por un lenguaje de rastros: busca, recupera, cincela, contempla. Su poesía es pura minería de los afectos, un ejercicio de recomposición de los tejidos amorosos y sensibles. Así como el agua se expande y crea formas infinitas, así como el fuego es inaprensible y voraz, así como la tierra es densa y perseverante, así como aire es traslúcido y omnipresente, así la palabra, como un quinto elemento.