Poesía
Oración animal
En veinticinco capítulos —que también son pasos de baile y de conceptos —, Ramiro Guggiari despliega las preguntas del filósofo, inagotables, sobre el pacto de la cultura en donde tiene lugar, como es de esperarse, el hombre, pero necesariamente un hombre en vínculo con la naturaleza y el animal. Este recordatorio sugiere el pulso del pensador, del artista y del amante para mover la vida.
Oración animal es una manifestación del afecto, en favor del afecto, y es también una multiplicidad en sentido amplio y en movimiento. Es decir, un lenguaje posible y con tendencia hacia lo múltiple.
¿Cómo se articula, se junta, se separa esta lengua, este lenguaje? Diría que más que tenerse se toca y por eso está en alianza con la vida, porque tocar amplía el paisaje y así lo multiplica.
También parece un rezo. Una consideración sobre el rito. Un lamento diaspórico. Un amor desbocado. Una serie de escenas que nos constituyen. ¿Y si la falta que tenemos se hiciera más liviana cuando abrimos las manos? Del pasado o, mejor, de atrás del pensamiento, viene el animal, salvaje y generoso.
Oración-animal: un pensamiento-aullido que rasga con lamento y gozo. Un modo de la poesía, de abandonar sentidos para que crezcan otros,
el soplo compartido del animal
del corazón
de la palabra.
María Ragonese
Ramiro Cuggiari Cursó estudios en Filosofía (UBA) y Dirección Escénica (IUNA). Se formó en dirección escénica, dramaturgia y actuación con diversos maestros, entre ellos: Stella Galazzi, Norman Briski, Pompeyo Audivert, Juan Carlos Gené, Mauricio Kartún, Silvio Lang. Como director escénico estrenó varias obras de teatro.
