Narrativa

El modelo

La rutina algo aburrida de la pequeña Elena se ve alterada por unas visitas que le dejan de regalo un libro cargado de presagios. A partir de ese momento, el único objetivo de la niña será convertirse en bailarina clásica… pero para ello no basta con el modelo de teatro a escala reducida con el que juega como con una casa de muñecas. Deberá atravesar las estepas de la Rusia zarista, sortear dificultades y hablar con extraordinarios personajes y criaturas antes de ver cumplido su sueño en la gran ciudad. Simbólica, extraña, mítica, de esta hipnótica narración póstuma, subtitulada “una novela de lo fantástico”, dijo Gene Wolfe: “El fallecido Robert Aickman no tituló su librito El modelo en vano. Lo que hizo (y supo que había hecho) fue descubrir un nuevo país de las maravillas”.

Robert Fordyce Aickman. Londres, 1914-1981. Autor de algunos de los relatos de fantasmas más reputados del siglo XX, su primer libro, We Are for the Dark (1951), combinó tres cuentos suyos con otros tantos de Elizabeth Jane Howard, con la que mantuvo una relación sentimental a la que ella alude en su autobiografía y –menos piadosamente– en su ficción. Descendiente por vía materna del escritor gótico victoriano Richard Marsh, Aickman pronto se sintió atraído por lo oculto así como por el mundo de la ópera y el ballet en el que se desempeñaría como productor, según narra en la autobiográfica The Attempted Rescue. Fue asimismo cofundador de la asociación The Inland Waterways para la restauración y mantenimiento de los canales de Inglaterra, gesta que registró en The River Runs Uphill. Sus colecciones de relatos de terror (Dark entries, Powers of Darkness, Sub rosa, Cold Hand in Mine, entre otras) mantienen una intensidad y una calidad solo equiparables a las antologías de cuentos de fantasmas que preparó para Fontana Press.