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Poesía

 

 

 

La inmensidad puesta en las sombras

Hace 10 años oí los primeros poemas de Erika Aristides, leídos por ella en ese sueño hermoso que fue Ciclotimia, los días en que el mundo era martes a la noche. Hay dos tradiciones que circulan en su poesía y que suelen alumbrar un lenguaje tan expresivo como demoledor y lírico: un registro callejero, salvaje, social, una poesía que empieza en los oídos, los ojos, la piel y donde el eros se vincula con la injusticia y la marginalidad. Erika es Tablada, sur profundo de Rosario. El otro tono es el del desastre. Blanchot dice que los buenos libros son la escritura de un desastre. No de un problema o un disgusto, de una catástrofe. En este caso, el fin del amor. Erika parece escribir un solo y largo poema en este libro, porque el punctum es uno solo: que el amor es un desastre, sucede y termina, y hay que reeditar la ruina escribiéndola, porque es la única manera de terminarla y empezar de nuevo. Da orgullo y alegría que una poesía con tanta carga de sentido se esté escribiendo en mi barrio, y que sea una mujer la que compite, con su canto, con las sirenas de la policía. Y, además, que sea Erika.

Marcelo Scalona

 

 

Erika Aristides nació en Rosario, en 1979. Actriz y productora. Fue parte, durante una década, del staff de trabajo de Rosario Imagina. Junto a Pablo Castro Leguizamón, creó su propia productora, llevando adelante, durante diez años, Ciclotimia (declarado de Interés Municipal), un encuentro de arte en el cuál se fusionara poesía, cortos, música, pintura, danza e intervenciones. Actualmente, tiene una columna en Sábado Ciclotímico que se emite por la FM Red TL. Participó del fanzine Cortada y en la antología Corte al bies, editado por la Editorial GatoGrillé.

 

La inmensidad puesta en las sombras, Erika Aristidides

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Hace 10 años oí los primeros poemas de Erika Aristides, leídos por ella en ese sueño hermoso que fue Ciclotimia, los días en que el mundo era martes a la noche. Hay dos tradiciones que circulan en su poesía y que suelen alumbrar un lenguaje tan expresivo como demoledor y lírico: un registro callejero, salvaje, social, una poesía que empieza en los oídos, los ojos, la piel y donde el eros se vincula con la injusticia y la marginalidad. Erika es Tablada, sur profundo de Rosario. El otro tono es el del desastre. Blanchot dice que los buenos libros son la escritura de un desastre. No de un problema o un disgusto, de una catástrofe. En este caso, el fin del amor. Erika parece escribir un solo y largo poema en este libro, porque el punctum es uno solo: que el amor es un desastre, sucede y termina, y hay que reeditar la ruina escribiéndola, porque es la única manera de terminarla y empezar de nuevo. Da orgullo y alegría que una poesía con tanta carga de sentido se esté escribiendo en mi barrio, y que sea una mujer la que compite, con su canto, con las sirenas de la policía. Y, además, que sea Erika.

Marcelo Scalona

 

 

Erika Aristides nació en Rosario, en 1979. Actriz y productora. Fue parte, durante una década, del staff de trabajo de Rosario Imagina. Junto a Pablo Castro Leguizamón, creó su propia productora, llevando adelante, durante diez años, Ciclotimia (declarado de Interés Municipal), un encuentro de arte en el cuál se fusionara poesía, cortos, música, pintura, danza e intervenciones. Actualmente, tiene una columna en Sábado Ciclotímico que se emite por la FM Red TL. Participó del fanzine Cortada y en la antología Corte al bies, editado por la Editorial GatoGrillé.