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Libro de artista

 

 

 

Espuma

Espuma es un libro que no nació como tal: a lo largo de dos años, María llenó tres cuadernos de notas y anécdotas, fragmentos de lo cotidiano que en sus manos se transformaron en un pequeño texto dibujado.

También inventó un método intuitivo para agrupar las notas en categorías según las cosas que más le importan: los bares, el espacio, el color, los sueños, las coincidencias.

Este libro reúne una parte de ese ejercicio. Hasta el día de hoy, María sigue llenando nuevos cuadernos e inventando categorías.

 

 

María Luque nació en Rosario, en 1983, pero se podría decir que es ciudadana del mundo, su espíritu nómade la lleva de un lugar a otro, donde siempre dibuja todo lo que le llama la atención, ya sean obras de un museo, libros, objetos de una casa, mascotas.  Desde niña el dibujo fue lo que más le gustaba hacer, todos los domingos iba a la casa de sus abuelos que la esperaban con un blog y una birome en la mesa. “Yo me pasaba toda la tarde dibujando y comiendo golosinas”, cuenta María. Esta pasión la llevó a estudiar Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario, pero no terminó la carrera. Luego, hizo clínicas y talleres de arte, y un día descubrió que podía vivir de lo que tanto le gustaba hacer.

 

 

Espuma, María Luque

$7.800,00
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Espuma, María Luque $7.800,00

Libro de artista

 

 

 

Espuma

Espuma es un libro que no nació como tal: a lo largo de dos años, María llenó tres cuadernos de notas y anécdotas, fragmentos de lo cotidiano que en sus manos se transformaron en un pequeño texto dibujado.

También inventó un método intuitivo para agrupar las notas en categorías según las cosas que más le importan: los bares, el espacio, el color, los sueños, las coincidencias.

Este libro reúne una parte de ese ejercicio. Hasta el día de hoy, María sigue llenando nuevos cuadernos e inventando categorías.

 

 

María Luque nació en Rosario, en 1983, pero se podría decir que es ciudadana del mundo, su espíritu nómade la lleva de un lugar a otro, donde siempre dibuja todo lo que le llama la atención, ya sean obras de un museo, libros, objetos de una casa, mascotas.  Desde niña el dibujo fue lo que más le gustaba hacer, todos los domingos iba a la casa de sus abuelos que la esperaban con un blog y una birome en la mesa. “Yo me pasaba toda la tarde dibujando y comiendo golosinas”, cuenta María. Esta pasión la llevó a estudiar Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario, pero no terminó la carrera. Luego, hizo clínicas y talleres de arte, y un día descubrió que podía vivir de lo que tanto le gustaba hacer.