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Crónicas

 

 

 

Derrotero y viaje a España y Las Indias

El 1 de septiembre de 1534 parte del puerto de Sanlúcar de Barrameda, con destino al Río de la Plata, la expedición de Pedro de Mendoza. Acompaña a este Adelantado un joven alemán, Ulrico Schmidl (circa 1505-1581), que permanecerá en el nuevo mundo durante prácticamente veinte años. Doblemente extranjero, entre españoles e indígenas, Ulrico asiste a la fundación de ciudades como Buenos Aires y Asunción, al azote del hambre, al canibalismo, al despoblamiento; participa, en definitiva, de la exploración y conquista de un espacio marcado por la leyenda y el desencanto. Frente a las dificultades, las traiciones y la desilusión debe cuidar, entre tantas amenazas, su propia «diferencia». El desafío mantiene su tensión al volver a Alemania, a Straubing, su lugar natal, hacia 1554. Son años de formación, de vida matrimonial, pero también de exilio. Por adherir al protestantismo es expulsado de su ciudad y probablemente en estos años comienza a escribir la crónica de su viaje.

Nuevamente la diferencia, geográfica y cultural, sigue marcando la aventura. La escritura evoluciona atravesando la distancia oceánica, las trampas de la memoria y los estereotipos de sus conciudadanos. ¿Cómo presentar a un lector alemán, marcado por la fantasía y la ambición, este mundo fluvial desconocido?

El río es el horizonte de la aventura, como bien lo señala Loreley El Jaber, responsable de esta edición: «El río se amplía y el agua, en esa misma línea, también lo excede en el relato. Entonces: inundaciones, ciénagas, hombres caminando durante días con el agua hasta la cintura, luchando contra ese líquido férreo que retarda el recorrido e impone retrocesos. La imagen del cuerpo hundido (en la tierra, en el agua), reiterada en el texto, es la imagen más representativa de un deseo de posesión permanentemente obstaculizado. El relato de Ulrico es el relato de los avatares de un viaje en constante redefinición, una conquista en proceso. Y el agua, toda ella, en su cauce o fuera de él, el espectáculo del cual quien narra y sus compañeros fueron protagonistas».

El Derrotero y viaje a España y Las Indias se publica por primera vez en Frankfurt en 1567. La presente edición crítica retoma la última versión de la traducción de Edmundo Wernicke, de 1950, revisando sus perspectivas, anotando el texto e incorporando tres apéndices (documental, cartográfico e iconográfico). En definitiva, se actualiza el viaje para un nuevo lector.

 

 

Ulrico Schmidl fue un soldado lansquenete, viajero y cronista de origen alemán, famoso por la publicación en 1567 de su Verídica descripción.

Sus testimonios adquieren particular valor por provenir de un conquistador no español (que a su vez publica fuera de España) y en especial, por ser una de las primeras crónicas de los habitantes y territorios que él recorrió por muchos años; y que luego compondrían los actuales países de Argentina y el Paraguay.

 

Derrotero y viaje a España y Las Indias, Ulrico Schmidl

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El 1 de septiembre de 1534 parte del puerto de Sanlúcar de Barrameda, con destino al Río de la Plata, la expedición de Pedro de Mendoza. Acompaña a este Adelantado un joven alemán, Ulrico Schmidl (circa 1505-1581), que permanecerá en el nuevo mundo durante prácticamente veinte años. Doblemente extranjero, entre españoles e indígenas, Ulrico asiste a la fundación de ciudades como Buenos Aires y Asunción, al azote del hambre, al canibalismo, al despoblamiento; participa, en definitiva, de la exploración y conquista de un espacio marcado por la leyenda y el desencanto. Frente a las dificultades, las traiciones y la desilusión debe cuidar, entre tantas amenazas, su propia «diferencia». El desafío mantiene su tensión al volver a Alemania, a Straubing, su lugar natal, hacia 1554. Son años de formación, de vida matrimonial, pero también de exilio. Por adherir al protestantismo es expulsado de su ciudad y probablemente en estos años comienza a escribir la crónica de su viaje.

Nuevamente la diferencia, geográfica y cultural, sigue marcando la aventura. La escritura evoluciona atravesando la distancia oceánica, las trampas de la memoria y los estereotipos de sus conciudadanos. ¿Cómo presentar a un lector alemán, marcado por la fantasía y la ambición, este mundo fluvial desconocido?

El río es el horizonte de la aventura, como bien lo señala Loreley El Jaber, responsable de esta edición: «El río se amplía y el agua, en esa misma línea, también lo excede en el relato. Entonces: inundaciones, ciénagas, hombres caminando durante días con el agua hasta la cintura, luchando contra ese líquido férreo que retarda el recorrido e impone retrocesos. La imagen del cuerpo hundido (en la tierra, en el agua), reiterada en el texto, es la imagen más representativa de un deseo de posesión permanentemente obstaculizado. El relato de Ulrico es el relato de los avatares de un viaje en constante redefinición, una conquista en proceso. Y el agua, toda ella, en su cauce o fuera de él, el espectáculo del cual quien narra y sus compañeros fueron protagonistas».

El Derrotero y viaje a España y Las Indias se publica por primera vez en Frankfurt en 1567. La presente edición crítica retoma la última versión de la traducción de Edmundo Wernicke, de 1950, revisando sus perspectivas, anotando el texto e incorporando tres apéndices (documental, cartográfico e iconográfico). En definitiva, se actualiza el viaje para un nuevo lector.

 

 

Ulrico Schmidl fue un soldado lansquenete, viajero y cronista de origen alemán, famoso por la publicación en 1567 de su Verídica descripción.

Sus testimonios adquieren particular valor por provenir de un conquistador no español (que a su vez publica fuera de España) y en especial, por ser una de las primeras crónicas de los habitantes y territorios que él recorrió por muchos años; y que luego compondrían los actuales países de Argentina y el Paraguay.